La guerra fría
Si has tenido dudas de si alguien andaba detrás de algo que haya ocurrido, seguramente en más de una ocasión habrás visto con tus propios ojos cómo se ha demostrado que tus pensamientos no solo se trataban de ilusiones, sino que tenían mucho de verdad. Esto pasa como en casi todas las guerras, por lo tanto se convierte en una tarea muy difícil el hecho de poder confiar en quienes no piensan de la misma manera que nosotros. Y es que las guerras traen mucha destrucción y ponen en riesgo todas las investigaciones que se hayan podido llevar a cabo, con la posibilidad de perderlas para siempre.
Una larga carrera
Si algo bueno tienen las guerras, es cuando acaban. Permiten a los científicos y a las personas de ambos países formar pactos y lazos de unión para juntarse con los mismos fines y poder llegar a resolver misterios que jamás se habrían podido resolver de manera individual o se habría tenido que dedicar muchísimo más tiempo que si lo hubieran hecho juntos. Se llegó a conocer que la corteza terrestre cubre más de un cuarenta por ciento de la superficie del planeta y una parte está recubierta por los océanos y mares del mundo. Por lo que cada vez se hace más necesario que los científicos se unan para estudiar con mayor eficiencia estos fenómenos.